martes, 26 de julio de 2022

EL EXAMEN: MI PRIMERA EXPERIENCIA CON LA ESCUELA PÚBLICA

 Daniel Quineche Meza

Lima, 10 de julio de 2022

El ingreso a la Primaria empieza con el acto de la matrícula. Cerca de mi casa existía la Escuela Primaria Prevocacional N° 446, más conocida como “Macnamara” (José Antonio Macnamara fue un destacado preceptor de Huacho). En 1957, el estado peruano oficializó la etapa escolar de Transición; por lo que, cuando mi madre se acercó a matricularme se dio con la sorpresa de que se pidiera una constancia de que había hecho la transición en una escuela pública. Como ese no era mi caso, ella pidió entrevistarse con el director de la escuela, el maestro Juan Francisco Vega y Vega; el cual accedió, pero al final de la jornada.

Desconozco los pormenores de dicha entrevista, pero de lo que sí puedo dar fe es que el director para aceptar mi matrícula había puesto como condición que debería pasar por un examen. A primera hora del día siguiente el director, en su oficina, procedió a hacer el examen. Este consistió en la lectura de un texto corto en voz alta, la escritura de una oración y el cálculo de sumas y restas. No recuerdo si lo hice bien o mal, el resultado fue que el director aceptó matricularme en el primer año de Primaria. Había empezado mi vida escolar. La Primaria me recibía después de un examen. Aprobar el examen, más adelante evolucionaría a evaluación, aparecía como la meta a lograr bimestre a bimestre, año a año. Pero, no sólo sería meta, también marcaría el día a día de estudiar para los exámenes. Los que no lo aprobaban, “jalaban”, repetían el año. Mi nuevo horizonte se extendió a los próximos cinco años que duraba la primaria.


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