jueves, 2 de junio de 2022

EL CURRÍCULO EN LA ESCUELA PRODUCTIVA - I*

 Por Daniel Quineche Meza

En una sociedad como la nuestra, dividida en clases, la escuela ha venido sirviendo como mecanismo de dominación de las clases hegemónicas, revistiéndose de una fachada “democrática” que facilitaría el acceso de los individuos a niveles de vida superior acordes con su esfuerzo personal; es decir, los supuestos caracteres democrático y meritocrático de la escuela esconden su verdadero carácter de cernidor y clasificador de los individuos en sus respectivos roles y clases sociales.

El currículo como elemento importante del quehacer escolar viene siendo diseñado por quienes ostentan ese poder hegemónico. Así, en el afán de “facilitar” la tarea del docente, se le señalan fines, objetivos, contenidos, métodos y hasta el diseño de actividades, convirtiéndolo en mero ejecutor del currículo establecido.

Por su carácter de clase, el currículo oficial no responde a las necesidades ni mucho menos a objetivos históricos de las clases populares. Se hace necesario por ello, que desde el seno mismo del pueblo se gesten y propongan alternativas para el trabajo curricular que en última instancia no es sino el modo de organizar experiencias educativas que contribuyen a la formación de los hombres que van a llevar a cabo las transformaciones que el pueblo necesita.

Este documento busca traducir metodológicamente la concepción, características y criterios de la “Escuela Productiva” [1]. Aplica su conceptualización en el trabajo curricular.

Incapacidad del sistema social dominante y la necesidad de su transformación

La sociedad peruana atraviesa una grave situación de crisis que se manifiesta en todas sus dimensiones (económica, social, educativa, cultural, etc.) Esta crisis es la resultante de la incapacidad del sistema capitalista dominante para atender las necesidades y aspiraciones de nuestro pueblo.

Solucionar la crisis es un objetivo que se trata de alcanzar desde diversas perspectivas, desde los intereses de las clases dominantes o desde los intereses de las clases explotadas. Sin embargo, la búsqueda de esa solución está atravesada por el enfrentamiento entre las clases sociales con necesidades e intereses contrapuestos. Tal enfrentamiento es un proceso simultáneo en lo económico, social, educativo y cultural. En el enfrentamiento en lo educativo es fundamentalmente una lucha ideológica. Por ello, quiénes hemos optado por la transformación integral de nuestra sociedad, desde una perspectiva popular, no podemos permanecer cruzados de brazos esperando la transformación y aceptando que la educación continúe fortaleciendo el sistema social vigente. Se trata, entonces, de construir una propuesta educativa posible y posibilitadora de lograr el verdadero cambio. 

En ese sentido y recogiendo toda la experiencia educativa acumulada por los sectores populares, hoy se levanta la propuesta de Escuela Productiva [2] como una alternativa educativa de y para los sectores populares de nuestra sociedad.

Concepción del currículo escolar

La escuela es una institución social donde se imparte la educación sistemática que los representantes de la sociedad resuelven qué es lo deseable [3].

En el periodo que los educandos viven en la escuela, éstos realizan un conjunto de actividades debidamente programadas.

Las actividades educativas escolares son sustantivamente experiencias de aprendizaje.

Son experiencias porque son relaciones entre los sujetos (educadores y educandos) y el medio natural, social o cultural; entre el pensamiento y la realidad objetiva; de modo que la experiencia es un medio de aprehensión de la realidad. Son aprendizajes porque lo importante en educación es la actividad cognoscente del educando y ésta se da en y para su vida en el ámbito de una sociedad concreta, geográfica e históricamente determinada.

La escuela es la facilitadora de las experiencias de aprendizaje que viven los educandos en una sociedad concreta. Al conjunto de estas experiencias de aprendizaje se le denomina currículo escolar.

En la escuela productiva, el currículo escolar es el conjunto de experiencias de aprendizaje que los educandos viven a partir de experiencias productivas en las escuelas de nuestro país bajo la dirección y control de los sectores populares.

Orientación del currículo en la escuela productiva.

Las experiencias d aprendizaje escolares no se dan espontáneamente; por el contrario, son sistemáticas, responden a una intencionalidad, a una finalidad y se ejecutan y controlan de acuerdo con un plan de acción definido previamente.

La primera función del currículo escolar, su razón de ser es la de explicitar la propuesta educativa que se ha optado, su finalidad y el plan de acción.

El diseño del currículo escolar es el primer paso en el proceso de plasmación de la concepción educativa alternativa en la realidad concreta. La concepción educativa adoptada se traduce en una serie de principios de índole diversa (ideológicos, políticos, económicos, pedagógicos, psicopedagógicos, psicológicos, antropológicos, etc.) que deben concretarse en el currículo escolar.

Diseñar el currículo supone, entre otras cosas, traducir dichos principios en normas de acción, en prescripciones educativas, con el fin de contar con un instrumento que oriente y guíe la práctica pedagógica cotidiana.

En una sociedad como la nuestra, dividida en clases y con clases sociales explotadoras, hegemónicas y dominantes, el currículo escolar oficial es el instrumento que en lo educativo operativiza la concepción educativa de esas clases; es decir, propone una práctica pedagógica al servicio de los intereses y aspiraciones de las clases dominantes. Por ello, una propuesta educativa alternativa de y para los sectores populares plantea la necesidad de diseñar un currículo escolar que responda a ella, que oriente y guíe una práctica pedagógica al servicio de los intereses y aspiraciones de las clases populares-

La escuela productiva, como alternativa educativa de y para los sectores populares, tiene la necesidad de contar con un currículo escolar la concretice en las tareas diarias de las escuelas.

La escuela productiva tiene como finalidad la atención de las necesidades básicas (alimentación, salud, vestido, vivienda, trabajo), la atención de las necesidades de desarrollo (que implica la organización) y la generación de una toma de conciencia, de una identidad de clase, que nos permita lograr el objetivo histórico fundamental, la transformación estructural de la sociedad.

El currículo en la escuela productiva es el instrumento que hace posible la concesión de esta propuesta educativa alternativa. Por ello, su diseño y desarrollo, bajo el control y con la participación de los sectores populares deberá estar dirigido hacia el cumplimiento de la finalidad que se ha planteado.

Concepción del currículo en la escuela productiva

El currículo escolar en las actuales escuelas primarias es objeto de duras críticas:

  • Es impuesto desde el ministerio de educación a las escuelas.
  • Está planteado como un programa fundamentalmente homogéneo para una sociedad heterogénea, dividida en clases, geográfica y culturalmente diverso.
  • Hegemoniza la cultura de las clases dominantes y discrimina la cultura de las clases explotadas.
  • Desarticulado con la realidad, privilegia lo cognoscitivo y está impregnado de teoricismo y de cientificismo; y
  • Promueve sólo el memorismo.

La escuela productiva considera que el currículo escolar debe ser:

  •          Diseñado y desarrollado horizontalmente, bajo control y dirección de las clases explotadas.
  •          Enraizado en los variados espacios socioculturales, asumiendo la variedad étnica, lingüística y cultural sin perder de vista es espacio nacional.
  •         Promotor del aprendizaje de saber válido, síntesis de la contrastación de los aportes de la cultura popular y del saber académico.
  •         Articulado con la realidad, donde los aprendizajes escolares sean una continuidad de los aprendizajes cotidianos, y la práctica se articule con la teoría y ésta con nuevas prácticas.
  •          Promotor del desarrollo integral de los educandos, como individuos y miembros de un colectivo, con capacidad de resolver problemas concretos de su comunidad, con conciencia de productores y de conductores colectivos; en suma, como actores sociales de la transformación.

En tanto que propuesta, el currículo es una guía para los responsables de su desarrollo, es una ayuda para los educadores. Esta función de guía y de ayuda implica que el currículo no puede limitarse a enunciar en términos generales una serie de principios, e intenciones y de orientaciones; todo ello, al estar excesivamente alejado de la realidad de las aulas, corre el riesgo de ser inútil para el docente. Asimismo, el currículo tampoco puede suplantar la iniciativa y la creatividad de los docentes, convirtiéndolos en meros instrumentos de ejecución de un plan previamente establecido hasta en sus más mínimos detalles. Como propuesta de currículo debe ser abierto a la consideración de los múltiples factores presentes en cada una de las situaciones particulares, factores que sólo los docentes están en condiciones de reconocer e integrar plenamente en su práctica pedagógica.

*Artículo publicado en Escuela de Trabajo. Escuela productiva. Instituto de Pedagogía Popular. Lima. 1991. p. 133-164.

 

[1] Chiroque, Sigfredo y Dolorier, Marta. (1991). Escuela productiva: una alternativa popular. Instituto de Pedagogía Popular. Lima, Perú. p. 91-131.

[2] Chiroque, Sigfredo y Dolorier, Marta. (1991). Escuela productiva: una alternativa popular. Instituto de Pedagogía Popular. Lima, Perú. p. 98-107.

[3] Kemmis, S. (1993) El curriculum: más allá de la teoría de la reproducción. Morata, Madrid, España. p. 129-136.