jueves, 12 de septiembre de 2019

LA VISIÓN DESCONTEXTUALIZADA DE LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA Y LA MINUSVALORACIÓN DE LA TECNOLOGÍA EN LA ESCUELA


Daniel Quineche Meza

Desde esta perspectiva se presenta en la escuela una ciencia, social y ambientalmente, neutra. Esta visión ignora completamente el impacto de la ciencia en el medio natural y social o los intereses e influencias de la sociedad en su desarrollo. Este tratamiento descontextualizado tiene como base la falta de claridad de la relación entre la ciencia y la tecnología. 

Generalmente, la tecnología es concebida como la aplicación de los conocimientos científicos, producto de la tradicional primacía del trabajo intelectual sobre el trabajo manual (En el campo educativo, el trabajo manual se ha traducido como formación  dirigida a los estudiantes con peores rendimientos escolares, y que proceden de los sectores más pobres). Sin embargo, debemos tener en cuenta que el objetivo de los tecnólogos siempre ha sido y es producir y mejorar procedimientos, sistemas  y productos para satisfacer las necesidades humanas que evolucionan. Para ello construye conocimientos para condiciones específicas y complejas (no construye un cuerpo de conocimientos y menos puede trabajar en condiciones “ideales”). La pregunta más valiosa que se plantea es el cómo, por encima del por qué. Este cómo no puede responderse sólo a partir de los principios científicos porque del diseño al prototipo y de éste a la optimización de procesos para su producción real, son muchos los problemas que se tienen que resolver. El resultado final es el funcionamiento eficaz de los productos diseñados en las condiciones requeridas. Esta compleja interacción entre comprensión y acción en situaciones específicas reales es lo que caracteriza al trabajo tecnológico. Por tanto, la tecnología no puede ser una simple aplicación de la ciencia. Además, el desarrollo histórico de ambas, muestra que la técnica ha precedido en milenios a la ciencia y muchas veces ha evolucionado de manera independiente de las ideas científicas. 

Esta minusvaloración de la tecnología en la escuela resta oportunidades a la formación científica de los ciudadanos porque: 
a) No se aprovechan las habilidades de los estudiantes para diseñar, producir y manejar productos tecnológicos, superando la enseñanza puramente verbalista y libresca; 
b) Se deja de lado aspectos clave de la tecnología como: el análisis medios-fines, el diseño y realización de prototipos, la optimización de los procesos de producción, el análisis riesgo-costo-beneficio, la innovación sugerida por el uso y el manejo real de los productos tecnológicos de los que depende nuestra vida diaria; y 
c) No se educa a los ciudadanos para que eviten el consumo de productos tecnológicos nocivos y menos para que participen en la toma de decisiones que implican el uso de la ciencia y la tecnología. La responsabilidad no sólo recae en los científicos y tecnólogos porque en las decisiones también intervienen políticos, economistas, empresarios y trabajadores. La responsabilidad es de todos.

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