lunes, 22 de junio de 2009

PROYECTO EDUCATIVO LOCAL

Daniel Quineche Meza

"Nadie descubre nuevas tierras, si no tiene el coraje de perder de vista la playa".

La situación en que vivimos es una época de cambios cada vez más rápidos. La sociedad actual se caracteriza por la novedad, la complejidad y la incertidumbre.

En general, en toda la sociedad, se observa una toma de conciencia de que el autoritarismo, la centralización, la fragmentación, el conservadurismo y la óptica de dividir para conquistar, de perder y ganar, están fuera de lugar, por conducir al desperdicio, al inmovilismo, al activismo inconsecuente, a la irresponsabilidad por los actos y sus resultados y, en última instancia, al estancamiento social y al fracaso de sus instituciones.

Todos estos hechos nos obligan a modificar el modo cómo vemos la realidad y de cómo participamos en ella, construyéndola día a día. Este cambio, que algunos llaman cambio de paradigma, está marcado por una fuerte tendencia a la adopción de concepciones y prácticas interactivas, participativas y democráticas, caracterizadas por movimientos dinámicos y globales. En la determinación de las características de los nuevos productos y servicios, interactúan dirigentes, funcionarios y usuarios, estableciendo alianzas, redes y asociaciones, buscando las soluciones de los problemas y ampliando los horizontes.

En este escenario, la escuela contribuye muy poco en el desarrollo de esa conciencia, en el sentido que la propia sociedad exige que lo haga. Es por eso que la escuela se encuentra hoy en el centro de atención de la sociedad.

En la actualidad, existe el reconocimiento de que la educación en la sociedad globalizada y economía centrada en el conocimiento, constituye un gran valor estratégico para el desarrollo de cualquier sociedad, así como una condición importante para la calidad de vida de las personas. Aunque este enfoque no sea plenamente adoptado y tomado en consideración, y la práctica, aún, se oriente por el viejo y ya debilitado paradigma del reclamo, en vez de la participación, él tiene un gran impacto sobre lo que acontece en la escuela, que hoy más que nunca, está sometida a demandas sociales de las más diversas órdenes. Al mismo tiempo, se observa el creciente interés de grupos y organizaciones por colaborar con la escuela, constituyendo esta área, un campo fértil para la realización de asociaciones en pro de la educación para el desarrollo de la sociedad. Estos hechos, por consiguiente, son un gran desafío para los gestores escolares, por exigir de ellos nuevas atenciones, conocimientos y habilidades.

Urgentes cambios son demandados en las escuelas, con la finalidad de que garanticen una formación competente de los estudiantes, de modo que sean capaces de enfrentar creativamente, con emprendedorismo y espíritu crítico, los problemas cada vez más complejos de la sociedad. La educación en el contexto escolar, también se complejiza y exige esfuerzos redoblados y mayor organización del trabajo educacional, así como participación de la comunidad en la realización de ese emprendimiento, a fin de que pueda ser efectiva, ya que no basta preparar al estudiante para niveles más elevados de escolaridad, toda vez que lo que él precisa es aprender para comprender la vida, a sí mismo y a la sociedad, como condiciones necesarias para realizar acciones competentes en la práctica de la ciudadanía. El ambiente escolar como un todo debe ofrecerle esta experiencia.

La educación, por tanto, dada sus complejidades y creciente ampliación, ya no es vista como responsabilidad exclusiva de la escuela. La escuela deja de ser “de la sociedad” para convertirse “en la sociedad”. La propia sociedad, aunque, muchas veces no tiene bien claro de qué tipo de educación necesitan sus miembros, ya no está más indiferente a lo que ocurre en las escuelas. No sólo exige que ella sea competente y demuestre al público esa competencia, con buenos resultados de aprendizaje de los estudiantes y el buen uso de sus recursos, sino también comienza a disponerse para contribuir a la realización de ese proceso, así como a decidir sobre los mismos. Son ya varios los ejemplos de asociaciones ya existentes en el contexto nacional entre organizaciones no gubernamentales y empresas con la escuela, así como la participación efectiva de las organizaciones de padres y maestros.

Todo este movimiento de cambio del sentido y concepción de la educación, de la escuela y de la relación escuela/sociedad, implica un esfuerzo especial de la gestión, esto es, de organización de la escuela, así como de la articulación de su talento, competencia y energía humana, de recursos y procesos, con vista a la promoción de experiencias de formación de los estudiantes, capaces de transformarlos en ciudadanos participativos de la sociedad. Se trata de una experiencia nueva, sin parámetros anteriores para lo cual debemos desarrollar sensibilidades, comprensión y habilidades especiales, nuevas y abiertas. Esto es así porque todo lo que se daba por cierto antes está predestinado al fracaso en la nueva coyuntura.

El marco legal actual de la Educación en el Perú (Ley Nº28044 y sus reglamentos) orienta en esa dirección, de allí que entre las principales innovaciones destacan la descentralización, la democracia, la participación y la autonomía en la gestión educativa.

Así la ley establece los siguientes niveles de gestión educativa descentralizada, órganos de participación y proyectos educativos:

  • La Institución Educativa – Consejo Educativo Institucional - Proyecto Educativo Institucional.
  • La Unidad de Gestión Educativa Local – Consejo Participativo Local de Educación - Proyecto Educativo Local.
  • La Dirección Regional de educación – Consejo Participativo Regional de Educación - Proyecto Educativo Regional.
  • El Ministerio de Educación – Consejo Nacional de Educación - Proyecto Educativo Nacional

El proyecto educativo en lo sustantivo es la visión compartida por el conjunto de personas y organizaciones de una determinada comunidad, de la institución educativa, local, regional o nacional.

La visión es la visualización de una situación futura y deseable, que se aspira a lograr en un horizonte más bien lejano, aunque no necesariamente esté claro el camino para ello.

La visión compartida se constituye en un factor poderoso de motivación y compromiso para los miembros de la comunidad.

La visión compartida es la creación de un rumbo que vincula a la gente (rumbo compartido) y la impulsa a cumplir con sus aspiraciones más profundas. El rumbo compartido consiste en una percepción colectiva de qué es importante y por qué. Cuando la visión se impone desde arriba, la gente puede aceptarla pasivamente o sentir resentimiento, pero no se siente comprometida. Pero cuando los miembros de todo nivel han tenido la oportunidad de considerar activamente qué visión y propósito tiene sentido para ellos y todo cambia.

De allí, que su construcción no es un asunto circunscrito a los técnicos en planificación de la educación o a los docentes, sino que es una tarea donde participan la mayor parte de los miembros de la comunidad en general.

Qué es lo importante para los habitantes en un distrito metropolitano como Surco, distrito de grandes contrastes entre lo moderno y lo tradicional. Al respecto, me permito sugerir los siguientes cinco puntos como ejes para la reflexión desde la perspectiva de la educación que queremos para los niños y niñas del distrito:

a) la descontaminación (el manejo de los residuos de todo tipo y el rol de los individuos y de las organizaciones),
b) la seguridad (los valores y el respeto a los derechos de los ciudadanos),
c) la productividad (el emprendedurismo, la dinámica del empleo y el logro de medios para afrontar la satisfacción de las necesidades básicas),
d) la cultura ciudadana (el cultivo de la democracia y de los derechos de los ciudadanos como base para la convivencia, así como el derecho a la creación y difusión de sus manifestaciones culturales de todo orden), y
e) la atención privilegiada de la primera infancia y de los adultos mayores, en razón de su condición de alta vulnerabilidad.

En muchos distritos del país ya se han emprendido acciones en este sentido. Lo viene haciendo el distrito de Ventanilla y esperamos que pronto Surco esté en el mismo camino.